Aquí y ahora
- Lina Marcela Castrillón Agudelo
- 11 may 2021
- 2 Min. de lectura
Hace algunos días que siento que deje de avanzar. Siento que me estacione en un callejón en el cual aún no veo salida y me asusta. Está oscuro, no hay presencia de otras personas, corren vientos fuertes y cada vivienda está cerrada, con las luces apagadas. Es un lugar extraño que nunca he visitado y la única imagen que se cruza por mi mente es un ataúd con un hombre dentro, del cual solo observo su perfil pero esta imagen me llena de paz.
Al regresar a mi realidad esta imagen se repite constantemente. Me siento confundida, se que hacer pero sigo esperando. Pudiera quedarme aquí de pie asustada o caminar buscando una luz que me permita salir de este lugar oscuro, una pequeña guía, un leve susurro que me indique el camino pero no logró tomar una decisión.
Entonces viene a mi mente un mensaje que recibo a diario: vivir aquí y ahora, ya que es el único instante que existe. Tengo cuarenta y tres años de pasado que me han llenado de aprendizaje y que me han impulsado a avanzar, encontrando un sentido de valor a mi vida. Pienso en el futuro que estoy construyendo y siento que es aquí donde nacen mis temores y dudas: este año tengo metas muy concretas y no tomó acción para desarrollarlas. En ocasiones pienso que no he encontrado esa actividad que me llene, me haga vibrar y me permita ser feliz aunque en el último año he tenido momentos de verdadera felicidad realizando sesiones Reiki, escribiendo y desarrollando mi página web. Sin embargo, sigo aquí, completamente quieta, dejando que los días pasen sin tomar ningún tipo de acción.
Entonces aquí y ahora, ¿que estoy dispuesta hacer para cumplir mis metas?
Siento que la respuesta es clara y simple: primero que todo voy a sacar la basura de mi mente, esa que me hace sentir miedo hacia cada actividad que voy a realizar por algún temor infundado y la segunda es que voy a tomar acción. En otros momentos de mi vida he salido de situaciones parecidas y me he permitido ser completamente feliz, entonces, ¿por qué no hacerlo hoy?, ¿que puedo perder con intentarlo? La respuesta es clara y concreta: este instante es el único que tengo y si fuera a morir en el próximo minuto me gustaría hacerlo siendo feliz, en paz, tranquila y solo la acción me lleva a permanecer en esos estados emocionales.
Se que me sirve mucho escribir un horario, clarificar en el papel mis metas y tener un plan para conseguir cada una de ellas. En mi caso el lápiz y el papel son reveladores y me ayudan a mantener la motivación.
Realizar estos escritos me ha permitido evidenciar qué puedo hacer para seguir adelante y ese es mi primer “para que” que resultó.
Por eso, aquí y ahora resuelvo convencida de que la felicidad es mía, que voy a seguir adelante y a permitir que cada uno de mis sueños se hagan realidad.

Comments