Pensamiento de hoy
- Lina Marcela Castrillón Agudelo
- 12 feb 2021
- 2 Min. de lectura
Mientras meditaba, vi la imagen de una pareja dando la espalda; miraban el horizonte, ella lo tomaba del brazo de manera afectuosa con su cabeza recostada en su hombro. Es muy curioso porque mi pensamiento estaba en el proceso que estoy viviendo en este momento al iniciar mi luna.
Primero pienso que la pareja me trajo un recuerdo de la fraternidad que nace entre dos seres que aunque puede ser de amistad, noviazgo o matrimonio, debe estar basada en el respeto, comunicación, aceptación, amor, responsabilidad y mucho más. Se deben crear lazos desde la esencia, siempre mostrándonos como somos y asumir las diferencias del otro, entendiendo que compartimos la existencia sanando y aportando beneficios e incontables vivencias que hacen parte de nuestro camino. Existe algo llamado contrato entre almas y se refiere a esos convenios y misiones con todos aquellos individuos que nos rodean con los cuales antes de nacer pactamos compartir este viaje en beneficio de la evolución de ambos. La imagen me daba una sensación de felicidad y disfrute. Me gusto lo que vi y siento un deseo de querer construir estos instantes en mi vida, si Dios me lo permite y si llegara un compañero para mí.
Si lo relaciono con mi luna, siento que me lleva a pensar en que somos seres duales, tenemos un ego y una esencia, energía masculina y femenina lo que nos hace un ser completo. Hace parte del femenino en mi, evidenciando la fuerza de la diosa que me habita. Creí en algún momento que era malo, que siempre me causaría dolor, descontrol, estados de ansiedad y depresión intensos. A lo largo de mi proceso de autoconocimiento me muestran el error en el que me encontraba; ella solo viene y se va, recordando que SOY MUJER, y me ayuda a recobrar el valor y la alegría de SER QUIEN SOY. Hoy acepto si se presentan molestias y de hecho estoy feliz con su visita.
Esta imagen me llena de entusiasmo y felicidad, es la unión de todo mi ser en comunión con el universo y me invita a mirar al horizonte con el optimismo de saber que cada segundo que sigue es mejor.
Acepto la dualidad en mi, amo mi luna y valoro todo lo que con ella aprendo.

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